Es tradición (incorrecta que la Ley quiere corregir) que se asimile concurso a quiebra, a eliminar la empresa. Aquí quiero llamar la atención del lector: Presentar concurso no significa “matar la empresa”.
Presentar concurso significa poner orden y ver si los acreedores (y también nosotros) confiamos lo suficiente en la viabilidad de la empresa como para conseguir que se nos perdone una parte de la deuda y/o se nos permita aplazar su pago en todo o parte. Si es así, el concurso habrá servido para salvar nuestra empresa: http://ramisabogados.com/reflexiones-concurso-acreedores/
“Nadie dijo que sería fácil”
Somos empresarios y responsables: No pretendo que piensen que el concurso es un proceso en el que se pasa bien. Sí pretendo trasladar que el concurso es:
- El camino que la Ley exige en los casos descritos, so pena de pedirnos responsabilidades personales si no lo hacemos.
- Un modo de enfrentar la realidad, ponerla delante y ordenarla, dándonos:
- La posibilidad de salvar la empresa o,
- Si desgraciadamente no es viable, salvar nuestras responsabilidades personales por no haber actuado conforme a Derecho.
Dado el interés que está suscitando el concurso de acreedores, pronto continuaré tratando de explicar de forma sencilla, pero rigurosa, esta figura aún tan desconocida.
No estigmaticemos una herramienta más que válida de nuestro ordenamiento jurídico.
Melsion Ramis, Abogado
correo: ‘ramis@ramisabogados.com’